martes, 17 de agosto de 2010

Obras ilegales en Sierra Nevada

Gastar millones de euros en obras innecesarias que, además, están provocando gravísimos problemas e irreversibles daños ambientales, en un espacio natural declarado Reserva de Biosfera, es inmoral e ilegal.

Ecologistas en Acción denuncia que CETURSA, la empresa que gestina la estación de esquí de Sierra Nevada, está ejecutando unas obras con gran impacto para las especies endémicas que allí residen. Con estas obras pretende una ampliación de la estación de esquí a través de la construcción de una nueva pista, una nueva balsa de agua, un Half Pipe, veinte kilómetros de tuberías para cientos de nuevos cañones y 13 km de empalizadas de madera y plástico.

CETURSA con sus obras para la universidad está machacando la manzanilla de Sierra Nevada.
Esta planta en peligro crítico de extinción ya se hizo famosa hace unos años por su recolección a manos de un pastor en la Alpujarra, y al que se le condenó por 190 gramos a dos años y tres meses de prisión, además de una multa de 250.000 pst. Fue absuelta al considerar el juez que ignoraba la protección de la planta.


No se puede alegar ignorancia en este caso, ya que las máquinas de CETURSA están arando la zona donde se encuentra esta especie protegida, a pesar de que en las autorizaciones que tiene se especifíca claramente los cuidados a tener con la flora endémica.

Lo que se ve claramente es la intencionalidad de acabar por vía de los hechos consumados unas obras totalmente innecesarias y muy costosas para las arcas públicas, en un momento de crisis en que se han anulado muchas obras que sí son necesarias.

Buscar la excusa de la universidad, una competición menor, cuando ya hace años la estación superó con éxito la organización de un mundial, no se sostiene.

Se ha denunciado este hecho ante el SEPRONA y se ha exigido al alcalde de Monachil que paralice las obras de inmediato, tal y como se recoge en la Ley de Ordenación del Territorio de Andalucía, siendo éste responsable ante la justicia si permite que las obras continúen.
Gastar millones de esuros de dinero público en obras innecesarias que, además, está provocando gravísimos e irreversibles daños ambientales en un espacio natural declarado Reserva de la Biosfera, es inmoral e ilegal. Algún político deberá explicar a la ciudadanía el por qué de las obras, el por qué de su ilegalidad y quien va a responder por los daños ambientales porducidos.

Menos mal que estamos en el Año Internacional de la Biodiversidad. En medio Ambiente hay hermosísimos y costosos carteles, que pagamos todos, que lo anuncian.

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